miércoles, 27 de octubre de 2010

Si, yo también quiero que me mates (o bases metodológicas para untar el pan con nocilla)

Me encanta despertarme con la luz del sol entrando por la ventana. Cuando pasa esto veo algunos de mis bonsais y pienso en la necesidad de cuidar la vida para que las raíces profundicen y sean robustas, y así se alcen sobre un robusto tronco todas aquellas ramas donde las hojas colorean el paisaje y cuando llegue la esperada madurez, puedan dar algunos frutos. Esta es la relación que establezco con ellos; una relación de consideración, de atención, de cuidado... esto los diferencia de ser un mero objeto a ser parte de la vida, por supuesto de mi vida.

Paulo Freire* distingue el amor a la vida, como la lucha de los oprimidos por dejar de ser objetos en la relación de opresión donde se encuentran destruidos; frente al amor a la muerte como perpetuar una situación de alienación resultante de la relación de opresión.

Por su lado, Raffaele Mantegazza** habla sobre la necesidad de convivir con una vida habitada por la muerte y saber ajustar cuentas, siempre con miedo y también de la necesidad de ver los objetos en el momento de su muerte, salvándolos en virtud de una mirada apoclíptica que recupere el sentido de las cosas precisamente a partir de su fin, que subraye el hecho de que si todo termina (mejor dicho: ya que todo terminará) los objetos no son, por ello, inútiles.

Cada día morimos, aunque sea sólo una vez, aunque sólo sea de forma consciente, cada día dejamos de existir por unos momentos. Creo que lo hacemos, no por necesidad vital, sino para alimentar el ego de Freud y sus secuaces. Lo que me importa aquí no es dormir, ni siquiera el sueño; me siento más atraído por el momento que sucede inmediatamente antes del momento de la "muerte". El ritus de paso que establecemos con los demás (familia, novio/a, amigos, gatos) y por ende con nosotros mismos. ¿Qué necesitamos hacer o decir para sentirnos preparados y afrontar la muerte?

La despedida: se suceden de forma ritual, día tras día, expresiones que separan la vida consciente de la muerte consciente. Actitudes normalmente con la cabeza gacha, como si intentáramos dejar ver que poca cosa más nos queda por vivir, este es el acto de aceptación de la muerte como algo inevitable. Pero para que esto sea real, se debe dejar constancia. Aquí es donde entran en juego las frases de despedida, la consideración al otro; estas frases son diferentes en función del papel que ejerza el otro en nosotros: me voy a dormir, buenas noches; bona nit, un petó!, t'estimo!; hasta mañana... deseamos al otro una buena muerte, le deseamos lo mejor, ofrecemos nuestros sentimientos para que los acompañe en el camino y deseamos encontrarlos en la próxima vida.

Los preparativos: Todos nos enfrentamos solos a la vida y, por supuesto, todos nos enfrentamos solos a la muerte. En este momento de soledad realizamos los preparativos que creemos oportunos para afrontar la muerte. Sin duda alguna esto depende de cada persona; algunos prefieren vestirse para afrontarla, personalmente prefiero afrontarla desnudo, esto es lo que soy y así me entrego a ella. Quizá también vayamos a buscar agua, podría ser que pudiéramos despertar de la muerte y necesitarla. Esto me recuerda a las costumbres del antiguo Egipto. Quizá nos lo tomemos con calma y nos fumemos un cigarrito mientras hacemos un balance de lo que ha sido nuestra vida. Pero lo que nunca deberíamos hacer es prepararnos un bocadillo de pan con nocilla por varios motivos:

  1. El increíble poder adictivo del chocolate podría arruinar nuestras vidas futuras. (me gustaría ser científico para poder corroborar esto de forma empírica)
  2. El chocolate excita y personalmente prefiero morir tranquilo
Finalizaré, aunque no me guste demasiado hacerlo, en forma de consejo: vive todo cuanto puedas y afronta la muerte con el orgullo y la tranquilidad de haber vivido. Buen camino!


*FREIRE, P. (2009), "Pedagogía del oprimido", Madrid: Siglo XXI
**MANTEGAZZA, R. (2006), "La muerte sin máscara", Barcelona: Herder

martes, 26 de octubre de 2010

Agujeros en la cama


Si, lo reconozco... vuelvo a tener agujeros en la cama.

Por ellos, algunas veces entras tu, otras veces todos los demás. Hay veces, como hoy, que incluso entra algo de luz. Es curioso ver como se cuelan, cada cosa a su manera, por las noches hasta meterse conmigo entre las sábanas. 

Los sueños, por ejemplo, entran sutilmente, casi sin tocar la parte que delimita el agujero; las caricias hace tiempo que no entran, pero a ellas les tendía yo la mano y las ayudaba a entrar. Las conversaciones imaginarias irrumpían, sin más, aunque admito que muchas veces las obligaba a quedarse, incluso las había hecho proceder según mi propio y egoísta interés. Las preguntas  llegaban. Unas veces se las planteaba a Dios y otras al Tomàtic, pero nunca recibí respuesta alguna... ¡pobre iluso! ¿qué esperaba si nunca fui socio del Club Super 3?

No diré que los agujeros me complacen ya que, muchas veces (por no decir todas), me gustaría dormir solo. Pero también tienen su lado bueno; me permiten tener una visión limitada, pero al fin y al cabo una visión de la noche. A veces veo paisajes y recuerdo la Patagonia; otras veo tatuajes; en alguna ocasión, aunque rara, veo el futuro y, como pasa con las conversaciones imaginarias, lo hago proceder según mi propio interés. El otro día curiosamente vi un reflejo, perdido tras las estrellas, en el cielo... ahora tengo dudas de si era inmóvil o fugaz, pero ¿qué más da?, ahora ya no está.

En fin, mis agujeros en la cama son nociones críticas y estériles. Esto es lo que explica que se haya escrito más sobre ellos que creado a partir de ellos nada que sea mínimamente original. 

martes, 12 de octubre de 2010

Cómo olvidarte...

Hace ya como 6 meses que corría por Bolivia. Recuerdo un viejo autobús, los colores del altiplano, Potosí, la vida alrededor del Cerro Rico, tristemente empobrecido por el colonialismo español; las ofrendas al "Tio" y es que fuera manda dios, bajo tierra el demonio. Recuerdo también el libro que me acompañaba esos días "Las venas abiertas de América Latina" de Eduardo Galeano. Encajó perfectamente en el momento y en el lugar y cambió el sentido de cada paso.
"A tiros de arcabuz, golpes de espada y soplos de peste, avanzaban los implacables y escasos conquistadores de América. Lo cuentan las voces de los vencidos. Después de la matanza de Cholula, Moctezuma envía nuevos emisarios al encuentro de Hernán Cortés, quien avanza rumbo al valle de México. Los enviados regalan a los españoles collares de oro y banderas de plumas de quetzal. Los españoles "estaban deleitándose. Como si fueran monos levantaban el oro, como que se sentaban en ademán de gusto, como que se les renovaba y se les iluminaba el corazón. Como que cierto es que eso anhelan con gran sed. Se les ensancha el cuerpo por eso, tienen hambre furiosa de eso. Como unos puercos hambrientos ansían el oro", dice el texto náhuatl preservado en el Códice Florentino."
“España es como la boca que recibe los alimentos, los mastica, los tritura, para enviarlos enseguida a los demás órganos, y no retiene de ellos por su parte, más que un gusto fugitivo o las partículas que pos casualidad se agarran por sus dientes”
“En Potosí y en Sucre solo quedaron vivos los fantasmas de la riqueza muerta”
“El pobre indio es una moneda con la cual e halla todo l que es menester como el oro y la plata”

“Los indios han padecido y padecen síntesis de drama de toda América Latina, la maldición de sus propia pobreza”
“El azúcar era el cuchillo y el imperio el asesino”
“El azúcar era la memoria viva de la humillación” 

"El principal producto de exportación de América Latina, venda lo que venda, materias primas o manufacturas, son sus brazos baratos”
 “El subdesarrollo de América Latina proviene del desarrollo ajeno y continúa alimentándolo. Impotente por su función de servidumbre internacional, moribundo desde que nació, el sistema tiene pies de barro. Se postula a sí mismo como destino y quisiera confundirse con la eternidad”


 "Los países ricos, predicadores del comercio libre, aplican el más rigido proteccionismo contra los países pobres: convierten todo lo que tocan en oro para sí y en lata para los demás".
 "Quienes hicieron al paralítico ¿pueden ofrecernos la silla de ruedas?"
Hoy, "glorioso" día de la Hispanidad, los niños seguirán trabajando durante todo el día en las entrañas del Cerro Rico por unos pocos gramos de estaño, mascando coca para insensibilizar su realidad. El gobierno de derechas de Chile seguirá apareciendo en la tele por las vísperas del rescate de los mineros de Copiapó fusionando perfectamente el poder mediático y el poder del cobre; mientras tanto nadie habla de los presos políticos Mapuche, ni del pueblo Mapuche, ni de la venta de la Patagonia Chilena al mejor postor. Copiando una frase de ánimo a los pies de la mina de Copiapó: "¡Estamos enterrados, nunca vencidos!"


Estos son sólo algunos de mis motivos para decir que esta no es mi fiesta nacional y que ¡no hay nada que festejar!


Citas: Las venas abiertas de América Latina. Eduardo Galeano
Dibujo: Extraído de www.viejoblues.com