jueves, 11 de noviembre de 2010

No hay amor en los tiempos del cólera

Vasily Kandinsky: Composición 7

En la impertérrita condición de las formas nos movemos. Amantes del claroscuro, donde no hay opción a la dicotómica muerte del blanco o el negro,  sino que convivimos inevitablemente con el blanco y el negro en un mismo lugar y tiempo; amantes de la tendencia "Y" con excepciones, ya que no todo vale.

Y lo mismo te como a besos como me preparo unas migas y con poco me apaño; pero ¡ui! si alguien cerrara mis cuadros... Si alguien se atreviera a limitar mis trazos o me hiciera elegir, de entre toda la gama, un solo color. Kandinsky lloraría en un rincón, como si alguien le apretara fuertemente de los huevos, Kandinsky lloraría en un rincón.

La norma, como el plástico que delimita el campo de acción donde puedes firmar cuando renuevas el DNI. La norma y el símbolo. El ser como culturalmente simbólico y el lenguaje como el símbolo máximo del ser.

El candil de ayer ya no sacia mi vista, pero las luces de aquel faro no me muestran lo qué vendrá. Recuerdo el camino y el faro guía mis pasos, pero la luz de la luna muestra ahora esta realidad. No queda amor en los tiempos del cólera el día en que la tierra resistió estúpida.

Sin condiciones, ya solo faltaría... y como dijo Nietzsche: si dios existe, ¿por qué no soy yo?

viernes, 5 de noviembre de 2010

Ne me quitte pas

No me dejes
Hay que olvidar
Todo se puede olvidar
Lo que ya se fue
Olvidar el tiempo
De los malos entendidos
Y el tiempo perdido
Para aclararlos
Olvidar esas horas
Que mataban a veces
A golpes de porqués
al corazón de la felicidad.
No me dejes,
no me dejes,
no me dejes,
no me dejes
Yo te ofreceré
perlas de lluvia
venidas de países
donde no llueve.
Yo escarbaré la tierra
Hasta después de mi muerte
Para cubrir tu cuerpo
De oro y de luz
Yo haré un reino
Donde el amor será rey
Donde el amor será ley
Donde tu serás reina.
No me dejes,
no me dejes,
no me dejes,
no me dejes
no me dejes
Yo te inventaré
Palabras locas
Que tu comprenderás
Yo te hablaré
De esos amantes
Que han visto por dos veces
Arder sus corazones.
Yo te contaré
La historia de un rey
Que murió por no haber
Podido encontrarte.
No me dejes,
no me dejes,
no me dejes,
no me dejes
Se ha visto a menudo
Resurgir el fuego
Del antiguo volcán
Que se creía demasiado viejo.
Existen tierras quemadas
Que dan más trigo
que un mejor abril
Y cuando viene la noche
para que un cielo arda
El rojo y el negro
¿Acaso no se unen?
No me dejes,
no me dejes,
no me dejes,
no me dejes
no me dejes
No voy a llorar
No voy a hablar
Yo me ocultaré
Para mirarte
bailar y sonreír
Y escucharte
cantar y después reír
Déjame volverme
La sombra de tu sombra
La sombra de tu mano
La sombra de tu perro
No me dejes,
no me dejes,
no me dejes,
no me dejes.

Jacques Brel