lunes, 7 de noviembre de 2011

Los sueños crípticos y agoreros de la vida secreta de un rábano en Chan Chan

Es la sensación de encontrarse ante un mundo de caballos. Suena absurdo, pero yo he vivido algo similar. Era oscuro y fascinante. Todo cuanto sentía, incluso la vida, giraba como una rueda. Un zumbido eligió mi oído para poner su nido y los abrazos vacíos se repetían ante la voz de dioses paganos. No soy más que un rábano egoísta, pero estoy encantado de conocerme. Adicto a las meneras feminoides, otras veces más catetas, pero siempre dinámicas y gratamente sorprendidas.

Se cerró la puerta y ante tu mirada perdida me quité la ropa. Descalzas caricias que mi piel rasgaban. Me parece que no hay nada que hacer, pero menudas piernas... las manos tienen huesos? Si así fuera pegaría carteles; ahora es todo cuanto deseo. Carteles que anuncien logros, que griten alegrías, que cuenten las victorias en puñados de a diez. Carteles que nunca digan nunca, que no bajen jamás la mirada...

Hoy es mi primera gran aria como rábano tenor. Si eres capaz de adivinar mi nombre te doy mi cabeza; "il mio nome non sai", Turandot... Acabemos igual que Puccini: ...poesía.