lunes, 25 de abril de 2011

DECLARACIÓN DE INTENCIONES


1. He tomado la humilde decisión de no frenar en la vida.

2. He tomado la humilde decisión de romper la palanca del freno de mano para enfrentarme al miedo.

3. He tomado la humilde decisión de fluir e intentar que la vida fluya.

4. He tomado la humilde decisión de levantarme una y otra vez.

5. He tomado la humilde decisión de crear mi historia.

6. He tomado la humilde decisión de ser mejor.

7. He tomado la humilde decisión de buscar la felicidad.

8. He tomado la humilde decisión de hacer las cosas que me gustan.

9. He tomado la humilde decisión de amar.

10. He tomado la humilde decisión de ser yo.

Firmado: Antonio Comasòlivas Moya

miércoles, 6 de abril de 2011

Nunca intentéis cambiar a un Ewok


Sí, lo sé! Ya sé que no debería intentar cambiar a un Ewok y mucho menos pretender que sea un galante caballero de esos que acomodan gentilmente a la dama y piden un Gran Reserva. Los resultados más notorios que he conseguido hasta ahora tienen que ver con la imitación de grandes películas. Conseguí que, después de sesiones ininterrumpidas visualizando al apuesto Caracable, mi Ewok repitiera constantemente "Francamente, querida, me importa un bledo", "Francamente, querida, me importa un bledo".

No digo que no sea un caso sorprendente, pero, sinceramente, nunca pensé que costara tanto. Un día decidí llevarlo a la universidad, pedí consejo a catedráticos y doctores; expertos en didáctica no supieron aconsejarme, las escuelas no están hechas para los Ewoks; los autores más relevantes sobre evaluación no supieron detectar nunca sus necesidades; únicamente un experto en estudios internacionales me comentó que se había intentado algo similar con un Yeti pero acabó en fracaso.

Así que ya os podéis imaginar la situación: mi Ewok con una bella dama en un restaurante, donde el precio del cubierto ronda los 200€. En la silla, un alza para niños debido a su reducido tamaño y con dificultad para sentarse, ya que se niega rotundamente a dejar la lanza en el guardarropía; un trapo harapiento de color marrón en la cabeza que resalta entre esmoquins y pajaritas; la sopa deslizándose por los pelos de la barba; un Gran Reserva y una frase repitiéndose durante toda la velada: "Francamente, querida, me importa un bledo", "Francamente, querida, me importa un bledo".

viernes, 1 de abril de 2011

Mandarina

Te vi llegar con el sol; con el sol y tus colores, y no habría dinero para pagar este olor a dulzura con el que duermo cada noche; aunque tu no lo sabes. Pero si un día andas por aquí, si te parece que también huele a día de verano, no lo dudes o nunca será.

Descubramos juntos esa gran estrella. Aunque no sepamos porqué, aunque no sepamos porqué. Dime un secreto, sin decir "lo siento", yo no cuestionaré nada de lo que me digas y, a cambio, bajaré el cielo y alcanzaremos esa gran estrella. No importa que la ciencia diga que no es posible, resultará relativamente fácil. Te acompañaré hacia esa estrella.

"Mandarina, mandarina; vivo reflejo de un sueño" ¿Qué haces cuando no estás aquí? Ni todas mis mentiras juntas podrían crear un agujero negro para tapar este sol. ¿Quieres venir? dudo que llueva, por lo menos hoy.  Saldremos a pasear, subiremos montañas, yo seré el hombre de la guitarra y tocaré para ti. Y cuando deje de sonar la música, justo antes de que empecemos a sentirnos solos, nos desprenderemos de la piel y reinará el sonido de esta pulpa desnuda; sin verdes hojas que nos tapen, sin necesidad de decidir, sin que pare jamás el sonido. Solamente una sonrisa. Quizás sería algo bonito.