Vencidos, con orgullo pero vencidos. Rehusando a nuestros sueños, afligidos por un supuesto bien. Pompas de jabón que nos encierran, que no muestran más que un mundo distorsionado, redondo, sin cantos. Y es que no quedan esquinas que nos puedan hacer daño. Aquí nos sentimos a salvo.
Libertad palabra ansiada, despojos del niño que llevamos dentro. Princesas que resultaron ser putas y príncipes que no llegaron siquiera a ser sapos. Ilusiones perdidas en la irremediable penumbra de la esclavitud.
Excusas, aferrándonos a inventos para ser libres y convirtiéndonos en esclavos de nuestras ambiciones: “lo que posees te acabará poseyendo”, nada más cierto.
Miradas, extrañas por el tiempo, perdidas en la contingencia de la vida. Y es que somos, pero podríamos no ser.
El viaje: Camino hacia la libertad o simple cambio de cárcel.
Libertad palabra ansiada, destello del animal que amaestramos. ¿Cómo ser libres si el recuerdo nos ata? “Ese segundo que nos mata en años” “Si la vida se te metió en las venas y te pusiste a caminarla, en lugar de escribirla”
Chan: Eduardo Crespo (Dir.)