martes, 21 de diciembre de 2010

Metadona (o cómo resistir al encantamiento de un poeta maldito)


Indudablemente nuestras vidas se entrelazan, el problema aquí resulta en cómo resistir a lo inevitable. ¿Tienes sudores fríos? quizá ya empezó a actuar un sublime ergotismo, podríamos culpar de ello al centeno. 
Poco a poco los delirios se transforman, nos afligen; ya estamos en sus manos y se encargan de dirigir nuestra vida. Directamente hacia el vacío, hacia un terraplén donde nunca, nunca dejaremos de caer. Todo esto asusta ¿Quién comió del pan maldito? Solamente un poeta.

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