viernes, 30 de octubre de 2009

El lado oscuro de la luna


Como quien no entiende de alfileres, voy pinchándome por el camino. Intentando descifrar qué rimas utilizas en tus sonetos, intentando cachar, aunque te cacho, cómo de angostas se convirtieron tus cumbres. Como quien vive de ensueños, voy danzando adormecido entre gritos que pretenden devolverme a la realidad, pero no lo consiguen. Sigo viviendo en el lado oscuro y desde ahí te extiendo la mano; moviéndome al son de la maraña de incertidumbres que me hacen sentir vivo; y es que nunca antes la luna me poseyó de esta manera. Su eco se extiende, su risa dejó helada mi alma y tras la ventana nadie antes cruzó el cielo como un día lo cruzaron nuestras vidas, arrastradas por el fuego.

-¿Qué quieres de mi?, le pregunté. -¿Cómo quieres que te cuente que el viento del sur me terminó de volver lunático para siempre? que "si no hay sitio en la colina, si tu cabeza explota también con oscuros presagios, nos veremos en el lado oscuro de la luna"*. Volviéndonos cada vez más animales, como el lobo que desde el bosque nos vigila, aullando sus lamentos, solitario pero sin miedo; buscando al fin y al cabo la libertad.

Como quien arrienda un departamento, alguien ocupó mi cabeza, y no soy yo. Hay alguien en mi cabeza pero no soy yo. Como si de desprenderse de algo se tratase, el cielo esquila la esponjosa lana de las nubes, que va cayendo suavemente. Monos de nieve, juegos olvidados, y brillando van destellos de secretos mientras lloramos a la luna. Que esta noche volverá a brillar para nosotros, aunque no estemos, aunque jamás podamos sentirla tan cerca, mientras vivimos en su oscuridad.

No permitamos pues que el sol estorbe la vista, que siempre nos queda claridad suficiente como para partir por el camino con la luz que nos queda. Así que entonces, ¿Dónde estás? tan cerca y tan lejos, como la brisa. Se hace tarde para andar. ¿Oíste acaso la canción?, el lado oscuro nos llama y en él dejaremos para siempre una parte del alma; tan cerca pero tan lejos... hagamos fuego y mate caliente, pongámonos a descansar.

*Brain damage. Pink Floyd.

2 comentarios:

  1. Yo también necesito descansar y que me mates calientemente, quemarme con un fuego que se encienda desde las entrañas... o con ese sol que nos deslumbra y no nos permite ver las penumbras en las que también, a veces, nos apetece nadar.
    Tantos opuestos, toda la dualidad posible, desgranando cada extremo, para darnos cuenta de nuestra potencialidad.
    Yo soy también tantos yoes distintos, y todos andan danzando al mismo tiempo, pugando por salir y ser reconocidos. Hasta en ese figurado reposo, o más allá aún, cuando llegue el auténtico y definitivo reposo.

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